Hola a Tod@s!

Los viajes y la vida de un joven dependen de muchos riesgos y sueños, esos que entre más difíciles parezcan, no quiere decir que sean imposibles de cumplir. Recorrer cientos de kilómetros lejos de casa y arriesgarse a conocer nuevas culturas y vivencias, de eso se trata el recorrido, y mucho más. Por ello los invito a que por medio de esta breve descripción que hago de diversos lugares que recorrí puedan tener una idea para sus viajes, y que al igual que yo, los disfruten al máximo y vivan una experiencia única.

viernes, 15 de junio de 2012

Salar de Uyuní, Bolivia


 No existe una sola palabra para describir este lugar. Simplemente es mágico, si pudieras quedarte allí mucho tiempo, sería perfecto para que la mente se quedara en blanco, literalmente. El Salar de Uyuní es más de lo que me imaginaba, había visto fotos de cientos de viajeros y había leído su historia, pero nada como presenciar lo que en imágenes ya me parecía inigualable. 

Llegar a Uyuní, el pueblo, fue un trayecto largo por 12 horas desde La Paz, por caminos de trocha y solo tierra al rededor. Lo mejor es viajar de noche, pues aunque durante el camino no se ve nada, pienso que atravesamos un desierto.

El clima en el pueblo muy temprano es frío. Además el lugar es pequeño y la gente es muy amable. Podrás encontrar cientos de agencias turísticas que te ofrecen viajes al Salar u otro tipo de actividades como ir a los nevados, carreras en moto 4x4, entre otras. El precio varía mucho pues por ejemplo 1 día en el salar puede costar USD40, pero el otro paquete que ofrecen es por 3 días cuesta USD200 aproximadamente. Solo hay esas opciones ya que se atraviesa el Salar  y el desierto hasta llegar a la frontera con Chile.

Realicé el recorrido por un día que ofrece recorrido en camioneta 4x4, ir a los hoteles de sal, las lagunas, el museo de sal, el cementerio de trenes y almuerzo. De todas formas que aunque corto vale la pena hacerlo. 

Lo primero que se ve en la visita es el cementerio de trenes, abandonados y dejados a su suerte se han ido convirtiendo en un montón de latas oxidadas por el sol y la sequía del desierto. Seguido el museo de sal, el cual fue construido por lugareños y que en su interior hay esculturas de animales hechas en sal tallada. Unas cuantas tiendas de recuerdos y fabricas de sal alrededor. 

Por fin la entrada al tan anhelado Salar, la espera valió la pena, porque desde que se divisa ese resplandor blanco, se siente que haz llegado al cielo, al lugar más blanco que haya visto en mi vida. El cielo completamente azul, el sol resplandeciente, el agua cristalina. El hombre parado en ese lugar, es como el más insignificante de los seres vivos ante majestuosa belleza.

Las fotos son increíbles y los relatos de los visitantes sobre el lugar son ciertos por donde se mire. Es difícil describir, pero al horizonte, allí donde el cielo se une con la tierra, crean un espejo que hace cada vez más indescriptible lo que a simple vista se puede ver.

Lo mejor es que vean las fotos y se enamoren al igual que yo, de este paisaje blanco único en el mundo y como dicen sus habitantes, es una de las maravillas del mundo que pocos saben que existe.





1 comentario:

  1. La sola fotografía en la que no se precisa el límite del cielo con el agua tiene por si sola la capacidad de transportarlo a uno a una suerte de alucinación. Supongo que estar ahí es, como has dicho, la más bella experiencia que se puede tener en la vida. Gracias! Me has dado razones para salir de la comodidad y atreverme a conocer un poco más del mundo.

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